ERMITA DE SAN BARTOLOMÉ

Su origen bien podría estar situado en la Edad Media, aunque no existe mucha información acerca de este pequeño templo abandonado. Se piensa que la actual ermita se encontraría cercana a alguna edificación o asentamiento romano, ya que durante su construcción fueron usados sillares y un trozo de altar romano dedicado a la diosa Ceres, diosa de la agricultura. Además hace años fueron

encontrados junto a ella numerosos vestigios romanos y visigodos, entre los objetos hallados se encuentran cerámica, tégulas, sillares e incluso sendas dedicatorias a la diosa Ceres, lo que nos da una idea de la importancia agrícola de la zona.

El edificio es de planta cuadrada con una única bóveda de crucería sostenida por cuatro arcos, dos de medio punto y los otros dos apuntados. Uno de estos arcos apuntados es el que da acceso al edificio que se encuentra soportado por dos contrafuertes. Unos pilares cilíndricos junto a la entrada del edificio podrían ser un atrio que diese entrada al templo.

Tampoco conocemos el momento exacto de su abandono, al igual que ocurrió con muchos otros templos de la zona las desamortizaciones del siglo XIX podrían haber supuesto el inicio del fin del edificio. Desde entonces la ruina de la ermita ha ido aumentando como actualmente podemos contemplar. Se ha perdido parte de la bóveda de crucería que funciona como cubierta del edificio y sus muros presentan importantes butrones. Si nadie lo remedia las inclemencias meteorológicas y otros factores terminarán por echar abajo lo que queda del edificio.